El siguiente relato pertenece a un colaborador de este blog.
Desde que tengo memoria siempre he sentido atracción por la nariz
femenina. Cuando veo a una mujer lo primero que observo no son sus pechos, ni
su cara, ni su cuerpo ;todos mis sentidos se centran en su nariz. Los detalles
de su contorno, el tamaño de sus fosas nasales, todo en su conjunto me produce
una excitación que no puedo evitar.
Os relataré mi experiencia morbosa y parafilica de tipo
parcialista con mi novia Florencia. Soy un chico de 31 años y desde hace tiempo estoy saliendo con Flori, así le llamo
de cariño. Es una chica argentina muy guapa de 28 años, su piel morena
armonizan a la perfección con sus curvas y su diminuta cintura. Tiene una
melena larga y rizada, sus ojos marrones color miel, enmarcan su cara con una
belleza delicada. Pero lo mejor de todo, es su nariz tipo cerdilla, cada vez
que se la acaricio, mi erección es instantánea.
Llevamos saliendo unos seis meses aproximadamente. Hacemos
lo típico, de cine, cena y misa todos los domingos.
Flori en algunas ocasiones saca a relucir el tema del sexo, aunque se pone muy
nerviosa y desvía el tema y no lo tocamos tan a fondo porque ella es una chica
de moral religiosa. Viste muy recatada, faldas largas, blusas de cuello alto y
zapatos de señora madura. Me ha confesado que yo soy el primer chico con el que
sale.
Nunca hemos tenido contacto sexual, a lo sumo unos besos tiernos. Ella se siente insegura
y me dice que quiere ir despacio, que la comprenda y que en un futuro no muy
lejano, llegaremos a consumar el sexo y por supuesto dentro del matrimonio.
Por mi parte, siempre le he dicho que esté tranquila, que no hay
problema, que yo no pienso en ese tema y que el sexo a mi prácticamente no me
interesa. Mis palabras siempre la tranquilizan. Aunque noto en ella cada vez más cierta inquietud sexual, o quizás
diría yo curiosidad. Le aseguré que a mi el sexo no me quitaba el sueño y que
podríamos llegar a la intimidad sexual y al placer sin necesidad de la
penetración.
Un día sus padres se fueron de viaje unos días y ella se quedaría
sola ese fin de semana. Me llamó por la tarde un viernes para comentarme que si
quería quedarme a cenar esa noche y el sábado estar juntos. Saldríamos a dar un paseo, a tomar un helado o buscar
alguna cosa que hacer como solemos hacer todos los fines de semana.
Para mi sorpresa, esa noche sacó el tema del sexo. Flori me dijo que quería
saber más sobre mi . Ella se sentía insegura porque el sexo me daba igual, ella
dudaba sobre si misma, pensaba que a mi no gustaba, incluso llegó a pensar que
estaba con otra mujer. No tuve más remedio y le conté sobre mi sexualidad. Le
confesé mi fetiche abiertamente. Le dije que una de las cosas que más me
gustaba era hacer cosas con las narices
de las mujeres y que su nariz me volvía loco.
Flori no se sorprendió ante mi confesión, todo lo contrario, con
una mirada muy picara me insinuó que estaría dispuesta a probarlo. Si eso era
lo que me gustaba, estaría dispuesta algún día porque sentía que estaba algo
enamorada de mi y también porque sentía aprensión al tema sexual. Le aterraba
la idea de un pene duro y gordo penetrándola causándole dolor. Dejaría a mi
disposición para mi disfrute y placer, su nariz.
Yo no podía creer lo que acaba de escuchar. Flori en cierta
manera se alegraba de mi perversión,
dijo que le parecía muy original. Yo
estallé de alegría. Fue un momento mágico y sublime, sentirme por fin liberado al oír que la mujer de mis
sueños conocía mi fetiche y que estaría dispuesta a satisfacerme. Mi cuerpo temblaba de excitación y morbo y al mismo tiempo sentía
como empezaba a gotear el liquido
preseminal de mi polla y como rápidamente mis boxers se humedecían.
Sentía como me quemaba el calor de su cuerpo a mi lado, nuestras
miradas empezaban a reaccionar ante aquella escena. Yo quedé embelesado al
tenerla tan cerca, su nariz cada vez más cerca de mi, casi rozándome. Mi mente
hacia memoria de todas las veces que fue fruto de todas mis masturbaciones. Por
un momento tuve incertidumbre, por fin me encontraba en ese momento con el que
tanto deseaba y dudé si podría hacer mis sueños realidad. Le confesé que me
sentía un poco avergonzado de habérselo dicho, quizás había cometido un error y
quería perderla. Flori muy comprensiva dijo que no me arrepintiera de habérselo
dicho . Ella por su parte, lo percibía como algo divertido y que probablemente
cuando ella lo probara a lo mejor disfrutaría que le pusiera mi polla en su nariz.
Flori preparó la cena y después nos sentamos a ver la tele un rato. Ella notó
que me estaba quedando dormido en el sofá. Se levantó y me propuso quedarme a
dormir. Yo sin pensarlo accedí. Se fue a su habitación y se puso el pijama. A
mi me trajo un pijama de su padre y me dijo que podía dormir en su cama y ella
dormiría en la de sus padres.
No me pude contener y le dije, Flori, (en tono meloso)
¿recuerdas nuestra conversación de hace
un rato? Ella no se lo esperaba y me miró sorprendida. Pues me he puesto caliente y si hay algo que más deseo en este
instante es poseer tu nariz. Flori no dijo nada. Se dirigió hacia la ventana,
bajó las persianas del salón. En un
instante me quite los pantalones y los boxers.
Flori me vio la polla dura y me preguntó ¿ qué hago cariño?, yo le
respondí, tranquila, es muy fácil, acércate un poco a mi, quédate sentada y
quieta. Relájate y recógete el pelo y acerca tu nariz. Ella se recogió la
melena en una coleta y su cara quedo delante de mi polla. Empecé a pajearme un
poco mientras ella me observaba en silencio. Noté como su cara se sonrojaba, le
pregunté el motivo y ella contestó que le gustaba ver mi polla dura y gorda. En
esos momentos ella perdió ese tono
educado con el que siempre hablaba.
Empecé por tocarle la
nariz, acariciándosela suavemente. Le pregunté si le gustaba y dijo que se
sentía excitada. Me dijo que le hiciera todo lo que me apeteciera, que sentía
como se le humedecían las bragas. Yo no me podía contener, así que le metí
también los dedos de mi mano y luego los lamí y me supieron a gloria. Le pedí
que ella lo hiciera también que se metiese los dedos en la nariz y que hiciera
juegos divertidos. Se metió los dos dedos en la nariz y mirándome a los ojos,
vi como lamía sus dedos me preguntó si le gustaba como lo había
hecho. Yo le dije que sí, que mucho,
mientras tanto yo seguía pajeándome, tuve que parar para no correrme. Mi polla
estaba a punto de estallar y tuve que dejar de pajearme porque me iba a correr
del morbo que me daba al verla. Se lo dije y soltó una carcajada, que rica ella, tan risueña y simpática y a la vez tan
tímida e inocente. Le pregunté si se lo estaba pasando bien, y ella contesto
que sí. Me acerque a su cara y le lamí la nariz, por fuera y por las fosas
nasales metiendo la punta de mi lengua en cada fosa y le di varios besos por
los lados y en la puntita . Noté que eso le encantó, le apreté un poquito. Le
pregunté si le gustaría que me corriera en su cara para terminar y ella me dijo que sí.
Me puse a pajearme más de prisa y a golpearle la nariz con mi
polla y que ella me dijese que su nariz era mía, que hiciese sonidos de cerdito
mientras se levantaba la punta de la nariz con sus dedos y así le hice le di
con mi polla por el lado derecho, ella soltó una carcajada y me pidió perdón.
Le di otro golpecito de polla por el lado derecho y me miraba fijamente
sonriendo mientras le decía narigona y ella hacia sonidos de cerdito. Estaba a
punto de correrme, acerque su cara, apunté a la nariz, mi semen cayo
copiosamente por toda su cara y en su cabello.
Ella alucinó y exclamo cuanto semen echaste cariño.
Entonces se quitó la parte superior del pijama se quedo en sujetador y me preguntó
que si había disfrutado porque ella lo había disfrutado mucho. Después de esa noche, estuve una semana sin
hacerme pajas. Me había quedado satisfecho por mucho tiempo. Dormimos
abrazados. Hasta el día de hoy su
actitud cambió a ser más amable y cariñosa conmigo alguna vez me saca el tema
de aquella experiencia nasofilíca y se siente entregada a mi. Desde aquel día
sintió que yo era su amor, han pasado unos 3 meses de aquello y tenemos más
confianza. Hemos acordado de no tener penetración porque soy asexual y es mi
forma de tener relaciones. Es así y deseo que sean siempre así. Estamos hechos el uno para el otro.
Nasofetiche